Prostatitis aguda y crónica. Causas y síntomas de la prostatitis.

dolor en la ingle con prostatitis

La prostatitis es una enfermedad común que afecta el órgano reproductor masculino, la glándula prostática (o próstata). La función principal de la próstata es producir secreción, que forma parte del líquido seminal. Además, por su ubicación, es una barrera natural que evita que los patógenos pasen de la uretra a la vejiga, y así protege el órgano de la inflamación.

El trasfondo de la inflamación de la próstata suele ser cualquier enfermedad infecciosa presente en el cuerpo. La infección, que se propaga rápidamente a través del torrente sanguíneo a través de sus sistemas y órganos, llega a la próstata y provoca una inflamación grave, acompañada de una serie de síntomas específicos. Los síntomas de la prostatitis son familiares para muchos hombres, ya que hoy en día esta enfermedad se considera la más común en la práctica urológica.

Los principales agentes causantes de la inflamación de la próstata son estafilococos, Pseudomonas aeruginosa, enterococos y Escherichia coli. La mayoría de estos microorganismos viven en los intestinos de una persona sana, sin causar ningún daño a su organismo. Sólo en caso de inmunidad disminuida estas bacterias se vuelven muy peligrosas y pueden provocar diversos procesos inflamatorios.

Según las manifestaciones, la prostatitis se divide en aguda y crónica. La forma crónica de inflamación de la próstata es consecuencia de su forma aguda que no se ha curado por completo.

Síntomas generales de la prostatitis.

En las primeras horas de la enfermedad, el paciente suele presentar signos de intoxicación en todo el cuerpo. Esta intoxicación se produce debido a la entrada de productos de desecho bacterianos en la sangre. Se acompaña de deterioro del bienestar, aumento de la temperatura corporal (dependiendo de la intensidad del proceso inflamatorio), debilidad y escalofríos.

Síntomas locales de prostatitis.

La mayoría de los hombres en los primeros días de la enfermedad sienten un dolor cortante en la parte inferior del abdomen. El dolor puede irradiarse a la zona lumbar, la espalda, los órganos genitales externos y acompañar el proceso de orinar. Sangre en la orina al ir al baño y disminución de la erección también puede ser un signo de inflamación de la próstata.

Se debe prestar especial atención a los síntomas psicológicos de la prostatitis en los hombres que surgen en el contexto de la enfermedad. La disfunción eréctil se acompaña de una fuerte disminución del deseo sexual o de la libido. Cabe decir que los representantes del sexo más fuerte conceden gran importancia a la salud de su sistema reproductivo; cualquier problema por su parte puede provocar que desarrollen una depresión grave y prolongada.

La forma crónica de la enfermedad es mucho menos común, ya que ocurre principalmente debido a una actitud muy negligente del hombre hacia su salud. La inflamación lenta se puede mantener fumando, abusando del alcohol, teniendo una vida sexual irregular o, por el contrario, siendo demasiado activa.

Síntomas de prostatitis crónica.

En casi todos los pacientes se observa disuria o trastorno urinario. Al mismo tiempo, puede ser de carácter leve y manifestarse como un dolor leve al ir al baño.

Dolor doloroso en la zona genital, que se irradia a la parte inferior del abdomen y la región lumbar. Durante una exacerbación de la enfermedad, el dolor suele volverse más intenso. Durante la remisión, puede manifestarse como una sensación de malestar en la parte inferior del abdomen.

A menudo, la forma crónica de inflamación de la próstata también se acompaña de una disminución de la libido, una erección insuficiente y una eyaculación rápida. El curso prolongado de la enfermedad conduce a una disfunción eréctil persistente gradual, hasta la aparición de impotencia. Otro concomitante grave de la inflamación prolongada de la próstata es la infertilidad, que es bastante difícil de tratar. Por ello, es especialmente importante, al descubrir los primeros síntomas de prostatitis, consultar a un especialista y evitar que la enfermedad se cronifique.